Preparar la mochila

PREPARAR LA MOCHILA

Partimos de la base de que la mochila perfecta no existe, y ésta debe adecuarse al tipo de actividad principal a la que la vayamos a destinar: no va a ser lo mismo realizar una actividad de montaña en invierno, que una travesía de varios días en verano, o un paseo otoñal por el bosque.

Lo más importante a la hora de hacer una buena elección es fijarnos en algunos puntos elementales: su capacidad, la talla de la espalda, el bastidor, el cinturón lumbar y las hombreras. Los demás elementos que la conforman una mochila también son importantes, pero no influyen tanto y dependerán de las actividades que vayamos a realizar.

1º- Elegir una mochila

Merece la pena dedicar un poco de tiempo en escoger una buena mochila, que será la adecuada para el uso que queramos darle, una buena elección nos recompensará especialmente al final de una larga ruta.

Para que una mochila sea 'buena' no solo tendrá que ser cómoda de llevar, tendrá que proteger adecuadamente nuestro equipo, nos facilitará la labor de llevarlo todo bien organizado, y permitirá el acceso a aquello que necesitemos en cada momento. Un buen sistema de arnés nos permitirá cargar un mayor peso con comodidad.

Como queda dicho, la elección dependerá del uso que queramos darle. La capacidad es el primer criterio: puede que queramos una mochila para una ruta de un día, de 20 - 40 litros de capacidad, o una que nos permita llevar todo lo necesario para una semana en la naturaleza, para esto último necesitaremos al menos una de 60 litros.

El sistema de agarre a la espalda es muy importante. Un arnés simple almohadillado es suficiente para la mochila de un día, pero para cargas más grandes y pesadas, es esencial un sistema más sofisticado de manera que la distribución de la carga sea estable. Para escalada y terreno abrupto, necesitaremos una mochila que se agarre a la espalda, pero para un día de senderismo normal, la prioridad puede ser un cinturón a la cadera, convenientemente almohadillado.

Finalmente, hay que pensar en otras características: los bolsillos laterales pueden resultar muy útiles para transportar objetos que vayamos a usar con frecuencia en la ruta, pero para ciertas actividades en las que haya mucho movimiento de brazos (escalada, por ejemplo), estos bolsillos nos van a molestar. Si el peso que se carga varía considerablemente, entonces unas correas elásticas ajustables para estabilizar cargas más pequeñas pueden ser imprescindibles. Piensa en las diferentes opciones que se te ofrecen y visualiza la ruta para decidir qué características van a resultarte beneficiosas o necesarias.

2º- Ajuste de la mochila

Empieza por aflojar las correas de los hombros. Ponte la mochila ajustando el cinturón lumbar, de forma que el borde superior esté apoyado cómodamente sobre la parte superior de las caderas. Ahora tira de las correas de los hombros y ajusta las hebillas.

Cinturón lumbar: es la pieza fundamental de una mochila, ya que transmite el 80% del peso a las caderas, liberando la espalda y hombros de la mayor parte del mismo, y trasmitiéndolo directamente a nuestras piernas, que soportan mayores cargas que nuestra espalda. Deben ser anchos y cómodos, se deben ajustar en la parte superior de las caderas y adaptarse completamente a nuestro cuerpo. Existen modelos diseñados específicamente a la anatomía femenina. Pruébate la mochila con algo de peso sin pasar los brazos por las hombreras, sólo sujeta con el cinturón lumbar abrochado; si mantiene la posición vertical y no se separa de tu espalda es que funciona.

Hombreras: el 20% del peso de la mochila irá a parar a los hombros y espalda a través de las hombreras. Es fundamental ajustarlas correctamente para mantener bien equilibrado el peso y repartir la carga por igual entre los dos hombros. Han de estar tensas y recorrer el pecho y hombros, manteniendo el contacto con el cuerpo. Cuanto más anchas, más superficie de contacto con el cuerpo y el peso se reparte mejor. Un buen acolchado permitirá que el contacto sea más cómodo. Algunos modelos incorporan asas de pecho, que permiten tirar con los dedos liberando algo de carga en las subidas más duras.

3º- Preparación - Organización.

No hay una ciencia exacta que diga cómo hay que preparar una mochila, va a depender de muchos factores: meteorología, duración de la excursión, estación del año... Pero en líneas generales puedes seguir estos consejos para tus excursiones resulten lo más cómodas posible. Lo más importante es distribuir bien la carga para que la mochila no esté desequilibrada.

- En la parte inferior lleva el material más ligero y que menos vayas a utilizar durante la marcha (por ejemplo saco de dormir, ropa de muda...),

- Pegado a la espalda y en la parte superior deberían ir los objetos más pesados y rígidos, para dar mayor estabilidad.

- Al lado, pero en la parte que no da a la espalda la ropa que no vayamos a utilizar en el día. Mete en último lugar lo que vayas a utilizar durante el día para tenerlo a mano: chubasquero, botiquín, guantes, alimentos,...

- En la seta superior y bolsillos exteriores los objetos más cotidianos o las cosas más pequeñas: gorra, gafas (siempre en funda rígida), navaja, comida auxiliar, el mapa, cámara de fotos papel higiénico... Si tu mochila no tiene cubre mochilas no está de más que metas en una bolsa impermeable, todo lo que no debe mojarse en caso de emergencia: GPS, baterías, cerillas, medicinas...

- Si no llevas camelback el agua siempre fuera, a mano y en posición vertical.