Errores comunes en las salidas a la Montaña

Consejos para intentar evitar algunos de los errores más comunes cometidos al realizar rutas en montaña

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1. Planificación insuficiente. Resulta muy conveniente, antes de comenzar cualquier salida a la montaña, realizar un estudio de la ruta a seguir sobre el mapa. Hay que tener en cuenta los puntos que puedan resultar más complicados o peligrosos y prever la posibilidad de que en ellos tengamos algún tipo de problema. Por todo ello, resulta muy interesante tener estudiada una posible variación de la ruta, para que en caso de que surgiese cualquier problema conocer de antemano todas las posibles alternativas, sabiendo donde se encuentran los puntos más cercanos donde se pueda solicitar ayuda, o simplemente, donde poder refugiarse en caso de necesidad (poblaciones, caminos, cobertura de móvil, refugios tanto naturales como construcciones, etc...).

2. No consultar la previsión meteorológica de la zona. Es muy importante consultar la previsión meteorológica más reciente y cuanto más circunscrita a la zona en concreto mejor, así como el nivel de riesgo de aludes en la zona de la ruta. Un temporal en montaña puede ser muy peligroso, hay que sopesar bien exponerse al peligro que implica según las previsiones meteorológicas. Recordar siempre que en caso de duda hay que saber renunciar.

3. Sobrevalorar la capacidad de los participantes. Cada ruta que realizamos requiere de una serie de conocimientos técnicos para su superación, y también requiere, importantísimo, que nuestra forma física nos permita superarla de forma suficientemente holgada. Las rutas las debemos seleccionar precisamente dependiendo de su grado de dificultad y de su exigencia física. Hay que tener en cuenta que no siempre nos encontramos con la misma capacidad física, y por tanto, con la misma capacidad para poder superar una determinada ruta, que quizá en otro momento, lo hubiésemos hecho sin ninguna dificultad. Hay que saber reconocer nuestras limitaciones en cada ocasión y situación, esto nos puede evitar problemas de lesiones e incluso de accidentes.

4. Sobrevalorar la tecnología. Los GPS son cada vez más populares, y en realidad son de gran ayuda para orientarnos sobre el terreno, sobretodo en caso de dificultades como niebla, etc. Pero esta tecnología puede fallar, desde que se agote la batería hasta que no haya cobertura, pasando por un mal funcionamiento por culpa de la humedad (sobre todo con los Smartphone que resultan ser muy frágiles en ciertas situaciones). Por todo ello, es necesario siempre llevar brújula y mapa en papel, y muy recomendable altímetro, y por supuesto, saber hacer uso de ellos.

5. Ropa, calzado y demás material inadecuado. Llevar el calzado adecuado a la climatología y a la ruta que se va a realizar es imprescindible, nuestra seguridad depende ello. La ropa igualmente debe acomodarse a esa ruta y a esa climatología, pero no sólo la que llevamos puesta sino también la que portamos en la mochila, que en un momento de dificultad puede salvarnos de un buen aprieto, se debe ir siempre preparado, incluso en excursiones cortas. Mención especial también a nuestra protección contra el sol, imprescindible unas gafas de sol de categoría suficiente para el medio en que nos vamos a mover (categoría cuatro para entorno con nieve o en alta montaña, absorbe hasta el 97 por cien de UV, una categoría tres sería suficiente para media montaña), crema de protección solar (no olvidar que hay que darse periódicamente). El uso de raquetas, piolet, crampones, etc..., pueden ser necesarios según la ruta y la estación del año en que se realice. Por supuesto, siempre hay que llevar la comida y el agua necesaria para la superar la ruta, teniendo en cuenta no solo la duración sino también la climatología.

6. No prestar atención al medio. En montaña los cambios de tiempo pueden producirse en periodos relativamente muy cortos, estos cambios de condiciones climatológicos según la época en que se produzcan y el lugar en que nos encontremos pueden resultar muy problemáticos, por lo que hay que prestar mucha atención a estos posibles cambios y al terreno en que nos movemos. Por ejemplo, el atravesar el cauce de un río con poca agua no es lo mismo que cuando va crecido y más si nos encontramos en un barranco estrecho, o no es lo mismo la estabilidad del manto nivoso después de una importante nevada según las condiciones sobre lo que cae esa nieve nueva, importante a la hora de prevenir una posible avalancha, o tampoco es lo mismo orientarse sobre un terreno aunque sea conocido si éste está nevado o no. La hipotermia (disminución de la temperatura corporal central en que las funciones del organismo se ralentizan y puede provocar debilitamiento en primer lugar, pérdida de conciencia y finalmente parada cardio-respiratoria), surge al tener una exposición prolongada al frio, que puede agravarse con la presencia de viento fuerte o la humedad de la lluvia, puede intentar minimizarse llevando ropa y calzado adecuado, alimentándose adecuadamente con dieta hipercalórica, o tomando una
bebida caliente (nunca alcohol, que es vasodilatador y favorecerá la pérdida de calor en la superficie de la piel).

7. No avisar de los planes, salir solo a la montaña. Es recomendable siempre dejar a familiares, amigos o fuerzas de seguridad pública de la localidad más cercana, la información de la ruta que vamos a realizar, así como los horarios previstos para el regreso, y nunca cambiar nuestros planes sin avisar antes. Igualmente, si dejamos aviso de nuestra salida a los cuerpos de seguridad pública hay que avisarles de nuestro regreso para evitar que se monte un dispositivo para nuestra búsqueda y rescate. En cuanto a ir solo a la montaña, no es aconsejable en absoluto, en caso de lesión o de un accidente es posible que no haya forma de solicitar ayuda, ni de tener ningún tipo de apoyo hasta que ésta llegase. Pero ante la realidad de que el montañero solitario existe, sí que es muy recomendable seguir una serie de recomendaciones estrictas para intentar minimizar el riesgo que conlleva esta situación, como esperar a superar pasos de cierto riesgo mientras se este solo, no elegir rutas que sean poco frecuentadas, dejar siempre aviso de nuestra ruta y no modificarla nunca sin avisar de ello, etc..., esto, por lo menos, minimizara algo el riesgo que se corre.